Qué es DHCP y cómo funciona el protocolo de configuración dinámica de host

¿Alguna vez te has preguntado cómo se conectan a Internet tu teléfono, tu portátil o tu televisor inteligente sin que tengas que configurarlo todo? DHCP es el protocolo que lo hace posible.
DHCP es la abreviatura de Dynamic Host Configuration Protocol (protocolo de configuración dinámica de host) y se encarga de distribuir automáticamente direcciones IP y otros ajustes de red a tus dispositivos; sin configuraciones manuales ni quebraderos de cabeza. Se encarga de conectar un nuevo dispositivo y conectarse a Internet de forma instantánea.
La importancia de este engranaje oculto es gigantesca. Alrededor del 70-80 % de las redes empresariales dependen de sistemas automatizados de gestión de direcciones IP como DHCP para asignar direcciones IP a miles de dispositivos cada día. Se espera que esta cifra vaya en aumento.
En esta guía, te explicaremos qué significa DHCP, cómo funciona, por qué es importante y su utilidad, tanto en configuraciones wifi domésticas como en infraestructuras de nube masivas. Tanto si tienes curiosidad como si gestionas una red en crecimiento, aquí conseguirás información práctica sobre la manera en que DHCP hace que todo funcione sin problemas.
¿Qué es DHCP y para qué sirve?
DHCP es un sistema que distribuye direcciones IP a los dispositivos para que puedan comunicarse entre sí en una red.
Todos los dispositivos que se conectan a Internet necesitan una dirección IP. Sin ella, enviar datos es como intentar enviar una carta sin una dirección en el sobre... no va a ninguna parte. DHCP se encarga de ello de forma automática. En lugar de que tener que configurar manualmente una dirección IP para cada dispositivo (lo cual sería enormemente difícil en una red grande), DHCP interviene y lo hace por ti, al instante.
El objetivo de DHCP es hacer que la configuración de la red sea rápida, automática y sin errores, es lo que permite conectar un nuevo dispositivo y conectarse a Internet sin que suponga ningún esfuerzo. Tanto si estás en casa, en una oficina o conectado a una enorme red en la nube, DHCP hará su trabajo de forma silenciosa en segundo plano.
¿Cómo funciona el protocolo DHCP?
Imagina que tu dispositivo, ya sea un portátil, un teléfono o una nevera inteligente se une a una red. Lo primero que necesita es una dirección IP o no podrá comunicarse con otros dispositivos. Aquí es donde interviene DHCP.
Cuando tu dispositivo se conecta, envía una petición para que le den una dirección IP. Esa solicitud va a un servidor DHCP, que suele ser el rúter en una configuración doméstica o un servidor independiente en redes más grandes. El servidor responde: "sí, aquí tienes tu IP, además de tu máscara de subred, tu puerta de enlace y tu configuración DNS."
Todo esto ocurre casi al instante; sin escribir comandos, sin ajustes, sin complicaciones. DHCP se encarga de asignar las direcciones IP y hacer un seguimiento para que todo funcione, tanto si conectas dos dispositivos o dos mil.
DHCP se ejecuta a través de UDP, una manera rápida y ligera para que los dispositivos se comuniquen entre sí en una red. Utiliza los puertos 67 y 68 para enviar y recibir mensajes. DHCP funciona tanto con IPv4 (el sistema de direcciones de Internet más antiguo) como con IPv6 (el más reciente, con muchas más direcciones disponibles). IPv6 tiene su propia versión llamada DHCPv6, que se ejecuta en puertos diferentes, pero hace la misma función, la cual es asignar direcciones y dar a los dispositivos la información que necesitan para conectarse.
En las redes empresariales, DHCP tiene que gestionar una mayor carga de trabajo, por lo que, en lugar de depender de un rúter, las empresas suelen ejecutar servidores DHCP dedicados. Estos servidores gestionan las direcciones IP de departamentos o edificios de oficinas enteros. Ahorra tiempo, reduce los errores y ofrece a los equipos informáticos una visión más clara de lo que ocurre en la red.
El proceso DHCP paso a paso
Cuando un dispositivo se conecta a una red, se produce un rápido intercambio entre el dispositivo y el servidor DHCP. Sucede rápido, pero esto es lo que ocurre entre bastidores:
- Descubre: tu dispositivo le pregunta a la red si hay algún servidor DHCP. Esto se denomina mensaje DHCPDISCOVER.
- Ofrece: un servidor DHCP escucha esa llamada y responde con un DHCPOFFER. En este mensaje se incluye una dirección IP disponible y algunos otros detalles, como cuánto tiempo puede utilizarla el dispositivo (concesión), la máscara de subred, la puerta de enlace predeterminada y la información DNS.
- Pide: tu dispositivo recibe la oferta, la acepta y devuelve una DHCPREQUEST para confirmar que quiere esa dirección IP.
- Confirma: el servidor finaliza el proceso con un DHCPACK al fijar la dirección IP y autorizar oficialmente a tu dispositivo para que empiece a utilizarla.
De principio a fin, todo esto tarda unos segundos. Nadie lo ve, pero está ocurriendo cada vez que un dispositivo se une a tu red.
Tiempo de arrendamiento DHCP y renovación
Una vez que tu dispositivo obtiene su dirección IP, no la conserva para siempre, esa IP básicamente está "alquilada" por un tiempo determinado. Esto se denomina concesión o arrendamiento.
Puede durar unas horas, unos días o incluso más. Todo depende de cómo esté configurada la red, pero lo importante es que antes de que se acabe ese contrato, tu dispositivo intentará renovar la concesión.
Más o menos a la mitad del periodo de arrendamiento, el dispositivo se comunica discretamente con el servidor DHCP y pregunta si puede conservar la IP durante más de tiempo. A continuación, el servidor aceptará la petición y reiniciará el reloj.
Si por alguna razón el servidor no responde (puede que esté caído o no se pueda acceder a él), tu dispositivo seguirá intentándolo. En el peor de los casos, si el contrato expira y no hay respuesta, el dispositivo renunciará a la IP y el proceso empezará desde cero.
Para la mayoría de la gente, todo esto es invisible, pero es un sistema inteligente que ayuda a que las redes no sean rígidas y reciclen direcciones IP en lugar de dejar que se desperdicien.
Ejemplo real de DHCP
Supongamos que entras en una cafetería, abres tu portátil y te conectas al wifi gratis de la cafetería. Entre bastidores, acaba de ocurrir lo siguiente:
En el momento en que tu portátil se unió a la red, envió una petición solicitando una dirección IP. El rúter de la cafetería, al actuar como servidor DHCP, escuchó la petición y respondió con una IP disponible, junto con otras configuraciones como la puerta de enlace y el DNS. Tu portátil aceptó la oferta, la confirmó y este fue el sencillo proceso para conectarte a Internet.
No tuviste que introducir ningún comando ni ajustar la configuración. Todo sucedió en cuestión de segundos, automáticamente.
Ahora imagina hacer eso para cientos o miles de dispositivos en un edificio de oficinas, un campus universitario o un centro de datos, esta es la razón por la que DHCP es tan importante. Realiza todo ese proceso tan complejo de forma silenciosa, eficiente y fiable.
Consejo: si te conectas a una red wifi pública, siempre es una buena idea proteger tu privacidad con una buena VPN. De este modo, todos tus datos estarán cifrados y ocultos de ciberdelincuentes y fisgones. También podrás ocultar tu dirección IP si te conectas a un servidor VPN.
¿Por qué se utiliza DHCP?
A estas alturas, probablemente haya quedado claro que DHCP ahorra tiempo, pero eso es solo la punta del iceberg. Se utiliza porque facilita la gestión de las redes, las hace más fiables y mucho más escalables.
Sin DHCP, habría que configurar manualmente todos y cada uno de los dispositivos de una red, lo cual significa tener que introducir una dirección IP, una máscara de subred, una puerta de enlace y la información DNS de cada teléfono, portátil, impresora y dispositivo inteligente. Un proceso como este lleva tiempo, aparte de que una dirección IP incorrecta, un error en el DNS o una configuración duplicada pueden desconectar un dispositivo o causar problemas de red difíciles de rastrear.
DHCP se encarga de todo eso de forma automática, asigna la configuración correcta, evita conflictos de IP y actualiza todo cuando los dispositivos salen de la red o vuelven a ella. Al tener que hacer menos procesos de forma manual, la posibilidad de que haya errores será inferior.
Funciona igual de bien para un rúter doméstico con cinco dispositivos que para una red empresarial con cinco mil. Tanto si enchufas un portátil como si conectas 50 tablets en una oficina, DHCP se encarga de todo sin provocar ralentizaciones.
Además, como centraliza la gestión de direcciones IP, no tienes que adivinar qué está conectado o qué IP está libre, ya que el servidor DHCP lo sabe. Esto es de gran utilidad en redes grandes, en las que realizar un seguimiento manual sería casi imposible. Con DHCP, se obtiene una imagen completa de lo que está conectado, lo que está activo y cómo se asigna todo desde un único lugar.
Simplifica la configuración de la red
Configurar una red de forma manual significa asignar detalles como una dirección IP, una máscara de subred, una puerta de enlace y un servidor DNS a cada dispositivo. Esto es llevadero con un par de dispositivos, pero en cuanto empiezas a añadir más, la cosa se complica.
DHCP se encarga de todo ello. En cuanto un dispositivo se une a la red, obtiene automáticamente todo lo que necesita, sin poner nada manualmente, sin ajustes complicados, sin necesidad de que alguien lo controle todo.
Este tipo de configuración es especialmente útil en entornos ajetreados como oficinas, colegios y cafeterías, donde los dispositivos se conectan y desconectan constantemente. No tienes que pensar en volver a configurar nada; DHCP se encarga de ello.
De esta manera, las cosas son sencillas, coherentes y mucho menos estresantes para quien gestiona la red.
Reduce la gestión manual de direcciones IP
Antes de DHCP, la gestión de direcciones IP se hacía de forma manual. Alguien tenía que asignar cada dirección manualmente, hacer un seguimiento de las que estaban en uso, evitar duplicados y actualizarlo todo cuando cambiaban los dispositivos. Llevaba mucho tiempo y los errores estaban casi garantizados, sobre todo en las redes de mayor tamaño.
DHCP elimina esa carga por completo, ya que realiza un seguimiento de las IP disponibles, las asigna cuando es necesario y las reclama cuando los dispositivos se desconectan o abandonan la red. De esta manera no hay necesidad de estar pendientes de hojas de cálculo o de intuir qué direcciones quedan libres.
Para cualquiera que gestione una red, aunque sea pequeña, esto reduce el trabajo y evita problemas como conflictos de IP o conexiones rotas.
Redes escalables y dinámicas
A medida que crecen las redes, también crece la necesidad de flexibilidad. Los nuevos dispositivos se conectan, los antiguos se desconectan, todo debe permanecer conectado sin que resulte caótico. Ahí es donde DHCP muestra su valor.
Con DHCP, las redes pueden ampliarse sin grandes esfuerzos adicionales. Tanto si se trata de una pequeña empresa que añade unos cuantos portátiles nuevos como de un centro de datos que gestiona miles de máquinas virtuales, DHCP se ajusta enseguida. Asigna automáticamente direcciones IP a todo lo que se une a la red, sin importar lo rápido que cambien las cosas.
Este tipo de configuración dinámica es esencial para los entornos modernos, sobre todo cuando los dispositivos se desplazan, se conectan a distancia o entran y salen de la red. DHCP hace que todo fluya, además de que favorece la movilidad al permitir que los dispositivos móviles se desplacen entre redes sin necesidad de reconfigurar sus ajustes IP, lo cual facilita que las personas permanezcan conectadas estén donde estén.
Componentes DHCP
Hay algunos componentes clave que permiten que DHCP funcione.
Cliente DHCP
Un cliente DHCP es cualquier dispositivo que solicita información de red al servidor DHCP, entre los que se incluyen portátiles, teléfonos móviles, impresoras, videoconsolas... prácticamente cualquier dispositivo que se conecte a Internet.
Cuando el dispositivo se une a la red, envía una petición solicitando una dirección IP, el servidor responde con todo lo que necesita y el dispositivo utiliza esa información para conectarse y hablar con otros dispositivos. El dispositivo también sabe cuándo debe volver a comprobar y renovar su dirección IP, la mayoría de los dispositivos lo hacen automáticamente, así que no tienes que hacer nada.
Agente intermediario de DHCP
En redes más grandes o segmentadas, el servidor DHCP y el dispositivo que solicita una IP pueden estar en diferentes partes de la red (subredes). Ahí es donde entra en juego el agente de retransmisión DHCP.
El agente de retransmisión pasa la solicitud del dispositivo al servidor DHCP, aunque esté en otra parte de la red. Cuando el servidor responde, el agente de retransmisión se asegura de que la respuesta llegue al dispositivo correcto, este esquema hace posible que un servidor DHCP proporcione direcciones a diferentes redes al mismo tiempo.
En las redes pequeñas o domésticas todo suele estar en la misma subred, por lo que este paso no sería necesario.
Servidor DHCP
El servidor DHCP es el que reparte toda la información de red que necesitan tus dispositivos. Piense que es como la persona de recepción que entrega las llaves de una habitación, pero en lugar de habitaciones de hotel, asigna direcciones IP.
En las redes domésticas, el rúter suele actuar como servidor DHCP. En las grandes empresas, el DHCP puede tener sus propios servidores dedicados. De cualquier forma, cuando un dispositivo se une a la red y pide una IP, el servidor encuentra una libre, se la da y toma nota para que nada se reutilice por error.
Junto con la IP, entrega otros datos necesarios para que el dispositivo funcione correctamente, como la puerta de enlace predeterminada, la configuración DNS y la máscara de subred.
Problemas de seguridad y cómo mitigarlos
DHCP es bastante útil, pero como cualquier sistema de red, no es infalible. De hecho, no utiliza autenticación por defecto, lo que significa que un servidor fraudulento podría colarse en la red y empezar a distribuir información IP y DNS incorrecta.
Además, como DHCP también comparte la configuración DNS, alguien podría acceder a más datos de los que debería si la red no está debidamente protegida.
Por eso es inteligente limitar quién puede conectarse, usar cortafuegos y añadir una VPN para proteger tu tráfico. La simplicidad de DHCP forma parte de su fortaleza, pero sin ciertas medidas de control también puede convertirse en un punto débil.
Repasemos los riesgos de seguridad DHCP más comunes y cómo mitigarlos.
Ataques DHCP starvation
En un ataque de starvation, un actor malintencionado llena el servidor DHCP con solicitudes falsas. Su objetivo es agotar todas las direcciones IP disponibles para que los dispositivos reales no puedan conseguir una IP. Cuando eso ocurre, los usuarios no pueden conectarse y la red se interrumpe.
Una forma de mitigarlo es configurar la seguridad de los puertos en los conmutadores (los dispositivos que conectan todo en una red local). Esto limita el número de dispositivos que pueden conectarse a través de cada puerto de red físico, de modo que si alguien intenta llenar la red con solicitudes falsas de un único dispositivo (como en un ataque DHCP starvation), el conmutador puede bloquearlo antes de que sature el servidor DHCP.
Servidores DHCP no autorizados
Un servidor DHCP fraudulento es un dispositivo no autorizado que distribuye configuraciones IP incorrectas. Esto puede hacer que los dispositivos pierdan la conexión, cifren el tráfico a través de una pasarela falsa o incluso expongan a los usuarios a ataques de intermediario en los que alguien intercepta y posiblemente altera el tráfico entre un dispositivo e Internet.
Un ejemplo de cómo se puede manipular el DHCP es la técnica TunnelVision, la cual utiliza las opciones de DHCP para redirigir el tráfico de formas inesperadas, incluso fuera de los túneles VPN en algunas configuraciones. Así es cómo funciona y lo que hay que tener en cuenta. Por suerte, este tipo de ataque está mitigado en la red de ExpressVPN, que utiliza una configuración de cortafuegos PAT diseñada para evitar que servidores DHCP deshonestos actúen como puerta de enlace.
La forma de prevenirlo es mediante DHCP snooping, una característica presente en numerosos conmutadores administrados, que impide el funcionamiento de servidores DHCP no autorizados. Garantiza que solo los dispositivos de confianza puedan repartir direcciones IP para que tu red permanezca segura.
Prácticas recomendadas para la implantación segura de DHCP
Unos sencillos pasos ayudan mucho a mantener seguro el DHCP:
- Solo debes ejecutar DHCP en dispositivos seguros y de confianza.
- Habilita el DHCP snooping y la seguridad de puertos si tu equipo lo admite.
- Mantén actualizados el firmware y los equipos de red.
- Monitoriza tu red con regularidad en busca de actividad DHCP inusual.
DHCP hace la vida más fácil, pero prestarle un poco de atención a la seguridad garantiza que no pueda convertirse en un riesgo para la seguridad.
Casos de uso y escenarios de implementación
DHCP funciona en casi todas partes, tanto en pequeñas instalaciones domésticas como en grandes empresas y redes en la nube, es flexible, rápido y fácil de gestionar, por eso está en tantos lugares.
Redes de pequeñas oficinas/oficinas domésticas
En la mayoría de entornos domésticos y pequeñas oficinas, DHCP viene listo para usarse sin ajustes adicionales. Tu rúter se encarga de todo, repartir direcciones IP a teléfonos móviles, portátiles, impresoras, smart TV y cualquier otro dispositivo que se conecte. No se necesita ninguna configuración manual y los dispositivos pueden conectarse y desconectarse sin problemas.
Entornos empresariales
En redes más grandes, las cosas se vuelven más complejas y DHCP sigue desempeñando un papel central. Las empresas pueden tener cientos o miles de dispositivos que necesitan direcciones IP y DHCP ayuda a gestionarlas todas de forma automática.
Los administradores pueden configurar DHCP con reglas específicas, como la asignación de IP fijas a impresoras o teléfonos VoIP, o con agentes de retransmisión DHCP para llegar a distintos departamentos o edificios. Ayuda a mantener las cosas en orden sin depender de un sistema manual voluminoso o complicado.
ISP e infraestructura en la nube
Los proveedores de Internet y las plataformas en la nube utilizan DHCP a una escala mucho mayor. Cuando te conectas a tu proveedor de Internet, éste utiliza DHCP para asignar una dirección IP pública a tu módem o rúter, de manera que puedas conectarte. En casa, el rúter actúa como servidor DHCP para tus propios dispositivos, reparte direcciones IP locales a teléfonos móviles, portátiles, etc.
En las configuraciones en la nube (como AWS o Azure), las cosas funcionan de forma un poco diferente. Las máquinas virtuales se generan y eliminan de forma continua según la demanda y DHCP garantiza que cada una obtenga la IP y los ajustes de red adecuados desde el primer instante, por lo que están listas para usarse al momento.
Opciones DHCP y parámetros de configuración
Cuando un servidor DHCP asigna una dirección IP, normalmente envía otras configuraciones junto con ella. Estos datos adicionales se denominan opciones DHCP y ayudan a los dispositivos a saber cómo conectarse y a comunicarse correctamente.
Explicación de las opciones DHCP más comunes
Estas son algunas de las opciones más habituales:
- Máscara de subred: ayuda a tu dispositivo a determinar qué direcciones IP pertenecen a la red local y cuáles están fuera de ella, con el fin de averiguar si debe enviar los datos directamente o cifrarlos a través de la puerta de enlace.
- Puerta de enlace predeterminada: es la puerta de salida que tu dispositivo utiliza para llegar a internet y a otras redes. A continuación, te explicamos cómo encontrar tu puerta de enlace predeterminada en tu dispositivo.
- Servidores DNS: ayudan a tu dispositivo a traducir los nombres de las páginas web (como expressvpn.com) en direcciones IP.
- Tiempo de concesión: es el tiempo que tu dispositivo puede utilizar la IP antes de volver a registrarse.
- Nombre de dominio: se utiliza principalmente en redes empresariales para ayudar a los dispositivos a identificar a qué red pertenecen.
Existen muchas otras opciones, pero la mayoría de los usuarios domésticos no necesitan modificarlas. No obstante, en redes más grandes, los ajustes adicionales son útiles para personalizar la forma en que los dispositivos se conectan y su comportamiento. Entre los ajustes se incluyen los siguientes:
- Uso de DHCP failover: si tu servidor DHCP principal se cae, este servidor extra les dará a los clientes DHCP lo que necesitan.
- Decidir entre DHCP o IP estática: las IP estáticas son útiles para elementos como impresoras, servidores o cualquier dispositivo que deba ser accesible siempre en la misma dirección, mientras que las IP dinámicas funcionan mejor para otros dispositivos.
- La opción para evitar instalar DHCP en tu controlador de dominio: mejora la seguridad de la red impidiendo que los usuarios que se conectan a la wifi de invitados accedan al controlador de dominio.
Cómo configurar las opciones DHCP
Si utilizas un rúter doméstico, puedes encontrar la configuración DHCP en el panel de control del administrador. Puedes establecer el rango de IP, el tiempo de concesión y, a veces, introducir servidores DNS personalizados (como Google DNS o Cloudflare). Si estás configurando los dispositivos de forma manual o el acceso VPN a través de tu rúter, es posible que también necesites tus credenciales de configuración manual.
En redes amplias, la gestión de DHCP recae habitualmente en servidores específicos o en rúteres avanzados, preparados para atender a muchos dispositivos sin que se vea afectada la velocidad. Los administradores pueden configurar las opciones utilizando herramientas como Windows Server DHCP, rúteres Cisco o servicios basados en Linux como ISC DHCP o dnsmasq.
Un truco útil para tener más control es utilizar reservas DHCP, lo cual significa decirle al servidor DHCP que asigne siempre la misma dirección IP a un dispositivo específico, basándose en su dirección MAC. Resulta bastante útil para impresoras, hubs de domótica o servidores: cualquier dispositivo que funcione mejor con una IP fija, pero que no quieras configurar de forma manual. La mayoría de los rúteres te facilitan esta tarea a través de su interfaz de administración.
La clave está en configurar solo las opciones que realmente necesitas, demasiados ajustes pueden confundir los dispositivos o causar problemas de conexión si algo va mal. Empieza de forma sencilla, prueba los cambios y guarda una copia de seguridad de la configuración actual si vas a modificar algo de forma manual.
Automatización de DHCP en redes modernas
A medida que las redes crecen, en empresas, centros de datos y configuraciones en la nube, las configuraciones básicas de DHCP pueden llegar a sus límites. Gracias a la automatización, es posible ir más lejos y administrar direcciones IP masivamente de manera mucho más sencilla.
Por qué es importante la automatización
En redes pequeñas, el DHCP se ejecuta casi siempre solo, pero en entornos grandes con cientos o miles de dispositivos, las cosas se complican. Los dispositivos entran y salen constantemente y se añaden nuevas partes de la red, llamadas subredes, cada una de las cuales necesita su propio rango de direcciones IP. Si intentaras controlar todo eso de forma manual, se convertiría en una tarea de tiempo completo (y nada agradable).
Gracias a la automatización, todo se mantiene uniforme y se optimiza el tiempo, contribuye a reducir fallos, impedir la duplicación de direcciones IP y asegurar que tu red siga operando con fluidez, incluso en entornos cambiantes.
Herramientas y técnicas para la automatización de DHCP
DHCP ya funciona automáticamente, pero en redes grandes con muchos dispositivos, las cosas pueden volverse complejas. Por esta razón, muchos equipos utilizan herramientas adicionales para gestionar mejor el DHCP que no lo sustituyen, sino que facilitan el seguimiento de todo, solucionan los problemas más rápidamente y se mantienen organizadas a medida que crece la red.
He aquí algunas herramientas que los equipos suelen utilizar para automatizar y agilizar la gestión de DHCP:
- Plataformas de gestión de direcciones IP (IPAM): estas herramientas combinan DHCP, DNS y seguimiento de IP en un solo panel.
- Scripts y APIs: algunos servidores DHCP permiten utilizar scripts o herramientas de automatización para cambiar la configuración, de modo que los administradores no tengan que entrar y hacerlo a mano.
- Herramientas nativas en la nube: en entornos de nube, las plataformas como AWS y Azure gestionan el DHCP de forma automática como parte de sus servicios de red.
La automatización no consiste en sustituir el DHCP, sino en ayudarle a escalar de forma inteligente.
Preguntas frecuentes sobre DHCP
¿Cuáles son los errores más comunes del DHCP?
Uno de los grandes problemas es el conflicto de IP que es cuando dos dispositivos obtienen accidentalmente la misma dirección IP. Esto puede ocurrir si hay una dirección IP mal configurada o un servidor DHCP deshonesto que da direcciones que no debería.
Otros fallos frecuentes son que un arrendamiento vencido no llegue a renovarse o que el servicio DHCP no esté activo en la red (por ejemplo, si el servidor se desconecta). La mayoría de ellos se pueden evitar con una configuración adecuada y una monitorización básica.
¿Cambia DHCP la dirección IP?
Sí que puede, DHCP asigna direcciones IP por un tiempo limitado, llamado concesión. Cuando ese contrato expira, tu dispositivo puede obtener una IP diferente la próxima vez que se conecte.
Dicho esto, la mayoría de los rúteres intentan devolver la misma IP a un dispositivo si se suele volver a conectar. Para un dispositivo que siempre necesita la misma dirección (como una impresora), es mejor usar una IP estática o un arrendamiento reservado.
¿Debo desactivar el DHCP en mi rúter?
Normalmente, no. DHCP es lo que hace que tus dispositivos se conecten sin que tengas que hacer ningún ajuste. Deshabilitarlo significa que tendrías que asignar manualmente las direcciones IP a cada dispositivo y eso puede ser complicado.
Únicamente conviene deshabilitarlo cuando otro dispositivo de la red está asumiendo la función de servidor DHCP. Si no, déjalo habilitado.
¿Cuáles son las recomendaciones clave para gestionar servidores DHCP?
Haz que todo sea claro y sencillo. Utiliza rangos de IP adecuados que no se solapen con ninguna IP estática de tu red. Establece tiempos de arrendamiento razonables: más cortos para redes de invitados, más largos para dispositivos conocidos.
También te conviene asegurarte de que tu servidor DHCP sea seguro. Utiliza DHCP snooping si tus conmutadores lo admiten y mantén controlada la actividad inusual para poder detectar los problemas a tiempo.
¿Cuál es la diferencia entre una IP dinámica y una estática?
Una IP dinámica se asigna automáticamente por DHCP y puede cambiar con el tiempo, como cuando reinicias el rúter o te vuelves a conectar a una red. Una IP estática permanece invariable, ya sea porque se configura manualmente o se reserva a través de DHCP. Las IP estáticas resultan útiles para impresoras, servidores o cualquier dispositivo que necesite estar siempre localizable en la misma dirección.
¿Puedo reservar una dirección IP con DHCP?
Sí, la mayoría de los rúteres te permiten reservar una IP para un dispositivo específico utilizando su dirección MAC. De esta forma, el dispositivo siempre obtiene la misma IP, aunque técnicamente esté utilizando DHCP, resulta muy práctico para equipos que requieren coherencia, como los centros de control de hogar inteligente o los servidores de ficheros.
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